El euro es la moneda de la Unión Económica y Monetaria y fue adoptado por 11 de los estados miembros de la Unión Europea el 1 de enero de 1999, siendo de curso legal a partir de enero de 2002: la utilizan Portugal, Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Austria y Finlandia. En 2001, Grecia también la adoptó y a lo largo de los años muchos más países han comenzado a usarla. A comienzos de 2011, un total de 23 estados ya hacen uso de ella.
El símbolo del euro es una “E” con dos líneas paralelas que la cruzan (€). Está inspirado en la representación de la letra griega épsilon, como homenaje al nacimiento de la civilización europea y como primera letra de la palabra Europa. Las dos líneas paralelas representan la estabilidad interna del euro.
El euro comenzó a circular el 1 de enero en 7 billetes y 8 monedas diferentes: billetes de 500, 200, 100, 50, 20, 10 y 5 euros. Monedas de 2 y 1 euro y 50, 20, 10, 5, 2 y 1 céntimos.
Aunque las monedas poseen una cara común para toda Europa y otra específica de cada estado, se aceptan en todos los países de la zona euro. La misma regla se aplica a los billetes.
Tanto los billetes como las monedas han sido creadas para que se adapten a las necesidades de las personas con discapacidades visuales. Por ello, los billetes, que tienen diferentes tamaños, poseen elementos para que se identifiquen al manipularse.
Si busca algún lugar donde cambiar dinero tendrá varias opciones. Los bancos abren normalmente de lunes a viernes de 09:00 a 14:00. La mayoría de los hoteles ofrecen un servicio de cambio de divisas, así como las agencias de viaje. Un buen consejo es buscar los lugares donde esté presente el símbolo de cambio de moneda. Los tipos de cambio varían y difieren según dónde y cuándo cambie sus divisas.
Los cheques de viaje se pueden cambiar fácilmente en los bancos y en las oficinas de cambio por toda la isla. Recuerde que debe guardar el recibo del banco con los números del cheque por separado, así como los que ya ha cambiado. De este modo, en caso de que se les pierda o si sufre un robo, le será de gran ayuda.
Las tarjetas de crédito y de débito son, con mucho, la mejor manera de organizar su dinero. No tendrá encima grandes cantidades por las que preocuparse y podrá acceder a él en cualquier momento. Los bancos cobran por cada adelanto y cada transacción en cajeros automáticos, así que téngalo en cuenta si retira pequeñas cantidades a menudo.
